Reflexiones del primer grupo ‘La supremacía blanca y yo’
Las personas blancas dentro del movimiento de salud, derechos y justicia reproductiva comparten lo que han aprendido.
El 2020 fue sin lugar a dudas un año difícil en muchos sentidos. El racismo y la supremacía blanca siguieron haciendo ebullición, trayendo nuevos dolores y duplicando los retos que ya enfrentábamos como nación y como comunidad global. Nosotrxs, como personas blancas dentro de la comunidad de salud y derechos reproductivos hemos luchado desde hace mucho para entender cómo abordar el racismo y la supremacía blanca dentro de nuestro movimiento y en nuestras organizaciones, y para entender y abordar el fracaso de líderes blancxs—en particular, las mujeres blancas y las feministas blancas—en nuestro movimiento es considerable. Pero, como personas blancas: ¿cómo podemos seguir el liderazgo de las personas Negras, Indígenas, y de las mujeres de color dentro de nuestro movimiento si no enfrentamos nuestro propio racismo y las formas en las que hemos participado y perpetuado la supremacía blanca en nuestras vidas y en nuestras organizaciones?
El año pasado, hablé con ReproJobs sobre oportunidades para que las personas blancas se unieran y apoyaran la justicia racial en diferentes maneras dentro de de nuestro movimiento. ReproJobs ha sido una importante fuerza en el empuje hacia el diálogo sobre la supremacía blanca en el movimiento repro, y yo agradezco muchísimo su liderazgo en nuestro espacio. Estas conversaciones llevaron a un grupo virtual que duró nueve semanas, en donde leímos y discutimos juntxs el libro La supremacía blanca y yo de Layla Saad. Este es un libro como ningún otro sobre justicia racial — Layla Saad diseñó el libro para ayudarnos a mirar detenida y profundamente nuestros prejuicios escondidos y ponerlos sobre la mesa. El espacio virtual nos permitió discutir con personas fuera de nuestras organizaciones, y con personas en distintos niveles de liderazgo dentro del movimiento, de un modo que normalmente no hubiésemos podido llevar a cabo. Esto nos dio una libertad dentro de la discusión que ayudó a que compartiéramos lo que normalmente queda fuera de una amable conversación entre colegas, y nos brindó el confort y la confianza para empezar a hablar sobre el tema de manera más abierta tanto con nuestrxs colegas como con otras personas. Participar en grupo de discusión que dura nueve semanas no significa que ningunx de nosotrxs mágicamente podrá reconocer la supremacía blanca en nosotrxs mismxs ni en lxs demás en todo momento. Pero puede ser un lugar útil de inicio o un espacio de crecimiento para los conocimientos y entendimientos existentes, y para incentivar compromisos que vayan más allá de esas nueve semanas. A continuación compartimos algunas reflexiones de miembros del grupo sobre lo que este tiempo significó para ellxs. En definitiva, no se trata de compartir pensamientos autocomplacientes sobre cómo ahora entendemos nuestra complicidad con la supremacía blanca; más bien se trata de ser abiertxs y responsables sobre nuestro aprendizaje, e incentivar a otras personas blancas a hacer lo mismo.
Esperamos tener hasta dos grupos más de La supremacía blanca y yo en el 2021. ¿Te interesa? Anótate aquí.
“Estoy muy agradecidx por el espacio para continuar esta práctica grupal con otras personas blancas, esta vez enfocadxs en nuestro trabajo dentro del movimiento por la salud, derechos y justicia reproductiva. En nuestras discusiones tuve la oportunidad de descifrar y reflexionar sobre las formas en las que he centrado la blanquitud dentro de mi trabajo y he perpetuado prácticas y patrones que son rígidos, sofocantes e inflexibles. Me siento más capaz de identificar estos patrones, de reconocer que su origen está en la supremacía blanca, y de interrumpirlos. Desde que completé el cuaderno de ejercicios, con nuestro grupo de trabajo decidimos completar el cuaderno todxs juntxs también. Estoy deseosx de continuar esta práctica para identificar las maneras en las que podemos trabajar juntxs cada día para socavar las maneras en las que el feminismo blanco y la supremacía blanca se entretejen dentro de la organización y dentro de nuestro movimiento”. —Marah Lange
“Al empezar esta experiencia me sentía muy avergonzadx de mis propios prejuicios, cuyo origen es el excepcionalismo blanco y la apatía blanca que me paralizaban e impedían tomar acción al respecto. Lo que me llevo de este grupo es poder reconocer que sentirme incómodx significa que voy por buen camino y que tengo mucho trabajo por hacer. El grupo me dio la estructura y apoyo que necesitaba para cambiar de rumbo. También me llevó a reflexionar profundamente sobre el trabajo de mi propia organización y sobre cómo puedo usar mi privilegio para interrumpir la supremacía blanca.” —Andrea Irwin
“Las herramientas específicas que aprendí gracias a este grupo son la capacidad para confrontar mi propia fragilidad blanca, mi privilegio, y cómo mi silencio se vuelve autocomplacencia. Especialmente porque soy profesorx sobre estudios de género y organizadorx, constantemente estoy en búsqueda de maneras para incorporar lo que he aprendido dentro de mis programas y para moverme en espacios para no usurpar los roles de activistas y personas Negrxs en movimientos antirracistas. Como persona neurodivergente (ansiedad severa) es importante que confronte mi fragilidad blanca de modo que no ponga la responsabilidad sobre lxs activistas Negrxs para hacerme sentir bienvenidx en esos espacios. Así, adquirí herramientas que necesitaba para separarme de una situación de modo temporal para no robarles la atención.
También estoy aprendiendo a educar a mis estudiantes de modo que confronten su propio privilegio blanco, y para que no se pongan a la defensiva. Aunque conocía maneras en las que podía enseñar sobre antirracismo y privilegio blanco, incluyendo la interseccionalidad, quería asegurarme de conocer otras maneras para que lxs estudiantes pudiesen fácilmente identificar momentos en los que su blanquitud no ha sido un obstáculo o un freno para avanzar en la sociedad, o para ocupar espacios. Siento que este grupo de lectura y este libro me han dado herramiéntas fáciles para tales tareas.” —Nichole Smith
“Es una experiencia muy diferente examinar tu propio rol dentro del racismo estructural, y no simplemente identificarse como antirracista. Inicié esta tarea con mucho excepcionalismo blanco, y al terminar el grupo entendí que el trabajo de desaprendizaje de mi propia complicidad en un sistema de supremacía blanca y su desmantelamiento nunca termina. La única manera en que las personas blancas pueden empezar a examinar estas cosas es aprendiendo el lenguaje adecuado para hablar del tema, y eso fue lo más importante de hacer este trabajo. De hecho, a través de este grupo aprendí que excluirse de esta tarea es supremacía y privilegio blanco, y ahora estoy mejor capacitadx para desafiar la complicidad tanto mía como de mi organización y del feminismo blanco a medida que avanzamos.” —Caty Gordon