Cambiando la manera en que hablamos y escribimos sobre raza
No hay duda al respecto: el racismo es una crisis de salud pública.
El racismo es malo para tu salud. Afecta todo, desde dónde vives y la calidad de aire que respiras, hasta el acceso a los cuidados de salud y la autonomía que tienes sobre tu propio cuerpo. La equidad racial y reproductiva en particular están profundamente entrelazadas.
Por siglos, nuestro país le ha negado la libertad reproductiva a las mujeres de color—y continúa haciéndolo—desde ganar dinero por los embarazos de las mujeres esclavizadas, hasta la esterilización forzada de mujeres Nativas en los años setenta, hasta los alegatos de que ICE está forzando a las mujeres migrantes a someterse a histerectomías. Decir que todas las personas merecen acceder a la atención médica reproductiva significa hablar sobre cómo el racismo está incrustado en los sistemas de salud y cómo ha creado barreras infranqueables para acceder a esa atención médica. Se puede empezar por cambiar cómo hablamos y escribimos sobre raza.
Presencia vs. Poder
Estar arraigadx en la equidad de cualquier tipo—en esta instancia, la equidad racial—significa trabajar para entender la diferencia entre presencia y poder. La presencia es visibilidad. Es retuitear, son las redes sociales, es la conciencia generalizada. Es decir algo desde un escenario. El poder es la capacidad, o habilidad, para dirigir o influenciar el comportamiento de otrxs o el curso de los eventos. No son lo mismo. Si lo fueran, la gente de color no necesitaría protestar por el derecho básico a vivir.
Para las comunidades de color, la simple visibilidad no es suficiente y no nos salvará. Lo que sí nos salvará es arreglar los sistemas y estructuras que atacan y explotan a las personas de color. Cuando se habla y se escribe, hay que identificar quién o qué tiene el poder. Y, más importante aún, hay que cambiar la manera en que hablamos sobre los juegos de poder. Usar las redes sociales para forzar a unx empleadorx a despedir a una persona blanca que llamó a la policía para falsamente acusar a una persona Negra, es un ejemplo de presencia. No ayuda en nada para cambiar el hecho de que la gente blanca sigue llamando a la policía para falsamente acusar a personas Negras—potencialmente arriesgando sus vidas. Promulgar leyes que vuelvan ilegales las llamadas prejuiciadas por motivos raciales sí cambia las cosas. La presencia, cuando genera consciencia, puede empujar a las organizaciones a despedir a las manzanas podridas—y a veces lo hace. Pero sólo al abordar el tema del poder que está en juego—cuando las personas blancas llaman a la policía para falsamente acusar a personas Negras sin repercusiones—se puede impedir que vuelva a ocurrir.
Voz pasiva vs. voz activa
Las cosas no le pasan simplemente a la gente. Los sistemas, las estructuras, las políticas y las acciones impactan a la gente. A menudo cuando hablamos y escribimos, lo hacemos en lo que conocemos como voz pasiva. Es menos probable que las personas Negras obtengan préstamos del banco. Esta es una voz pasiva. La voz pasiva te puede hacer creer que las personas Negras son, de alguna manera, responsables por no obtener el préstamo—en lugar de llevar a pensar que los bancos, desde su misma fundación, excluyen, explotan, segregan y le niegan préstamos a las personas Negras. En voz pasiva, quitas el énfasis de la persona o la cosa responsable de la situación y la pones al final, o no la pones del todo.
La voz activa, por otro lado, se refleja cuando comienzas tus enunciados con la persona o cosa responsable/s de llevar a cabo la acción—Los bancos no suelen darle préstamos a las personas Negras. Esta es la voz activa. Ahora se identifica quién ostenta el poder en esta situación. Se quita el énfasis de las personas Negras para poner el reflector sobre el verdadero problema: Los bancos no dan préstamos a las personas Negras. ¿Por qué ocurre eso y cómo lo solucionamos?
Presentar todo el panorama
Es muy importante dar contexto cuando se habla de raza. Cuando lo dejas fuera se crea un vacío en la historia que se cuenta—y eso le permite a los demás llenarlo con sus propias conclusiones y posibles prejuicios. El COVID-19 está matando a las personas Negras y de color a ritmos mayores que a otros grupos, es una declaración real y factual, pero sin contexto no hace mucho por la equidad racial.
Las personas de color no están muriendo de COVID en porcentajes mayores de manera arbitraria. El gobierno y los estados están matándolas con las decisiones que están tomando, con la manera en que las aseguradoras funcionan, y por cómo (y quién) se hace uso de los recursos. Las personas Negras no son simplemente 'vulnerables'—las personas Negras están bajo ataque, están siendo explotadas, y las instituciones racistas las vuelven vulnerables. Los recortes a los cuidados reproductivos afectan a los grupos más marginados de la sociedad, también es una declaración verdadera. No aborda para nada a los equivocados políticos que continuamente promulgan leyes que atacan directamente a estos grupos y los despojan de su autonomía corporal y su capacidad de acceder a los cuidados que necesitan cuando los necesitan.
Cuando hablamos de cualquier comunidad y nos referimos a ella como vulnerable, marginada, perjudicada, nos pasamos todo el tiempo enfocándonos en 'arreglar' a las comunidades en lugar de arreglar los sistemas, leyes, y la cultura que las ataca, explota, y las mantiene oprimidas. Dar contexto ayuda a los lectores o escuchas a hacer las conexiones y a ver el panorama completo de la situación para poder entender qué es lo que deben hacer para arreglarlo.
Di lo que realmente piensas
La manera en la que se estructura el discurso y la escritura sobre raza importa mucho. Usar voz activa, dar contexto, y decir lo que realmente se piensa, dicta dónde—como sociedad— ponemos nuestra energía y nuestros recursos. Si dices: Las mujeres negras son tres veces más propensas a morir durante el parto, eso lleva a soluciones como: más clases prenatales para mujeres Negras y preguntas erróneas sobre lo que podrían estar haciendo mejor. Los hospitales matan a las mujeres Negras tres veces más que a cualquier otro grupo racial, sin importar la posición social o económica, nos lleva a concentrarnos en los hospitales. ¿Cuáles son las prácticas, políticas y prejuicios de los hospitales que desembocan en esta situación? Quizá deberíamos invertir nuestro tiempo y recursos en arreglar el sistema hospitalario que permite que las mujeres Negras mueran continuamente durante el parto.
Llegar a donde necesitamos para poder desmantelar las políticas y sistemas discriminatorios mientras confrontamos a las personas racistas y apáticas que permiten que todo siga igual, es un proceso en curso. Cambiar cómo hablamos y escribimos sobre raza—reconocer quién ostenta el poder, huir del discurso pasivo, y proveer de contexto—ayuda a que ese proceso avance. No todxs tenemos injerencia en las leyes y no todxs podemos ir a protestar, pero podemos sacudir la manera en la que hablamos y escribimos sobre el tema, usando el lenguaje para ayudar a lxs demás a entender qué necesita cambiar para que la sociedad esté más cerca de la equidad para todas las personas.
Brenda Tyler (ella) tiene más de 10 años de experiencia trabajando en Desarrollo Internacional y en el campo de la recaudación de fondos. Tiene una maestría de ciencias en Operaciones de Mantenimiento de la Paz, y ha investigado y escrito para El Instituto Internacional de Paz y Seguridad, se ha dedicado a la escritura de subvenciones para organizaciones sin fines de lucro y universidades locales, ha llevado a cabo entrenamientos y presentaciones sobre administración y comunicación efectiva con donadores. Actualmente es la Mánager de Administración de Donadores en Planned Parenthood. Brenda construye programas sólidos para mantener, atraer y educar a los adeptos. Antes de unirse a Planned Parenthood, Brenda era la Mánager de las Relaciones con Donadores y Administración en la Universidad Howard en Washington, D.C.