Las negociaciones de salarios son horrendas. Aún así deberías intentarlo.

Cuando obtuve mi primer empleo en el mundo de los derechos reproductivos en el 2015, me ofrecieron 40,000 USD al año. Sabía que sería apenas suficiente para cubrir la renta (¡En Washington, D.C., gente!), pagar el mínimo de mi préstamo estudiantil, y para cubrir mis gastos médicos. Olvídense de víveres que no fueran pasta y comida enlatada. Nunca antes había negociado un salario, pero sabía que tenía que intentarlo. No fue una cuestión de principios, sino una necesidad. Si quería ir a ver una película o comer algo que no fuese mac-and-cheese con mis compañerxs de casa, iba a necesitar un poco de espacio de maniobra en mi presupuesto. Entonces, tras agradecerle profusamente al representante de Recursos Humanos por la oportunidad, le pedí 45,000 USD. Se rió y me dijo: “¡Esta es una organización sin fines de lucro, cariño!”. Estaba mortificadx. Le dije que aceptaba la oferta con profundo agradecimiento y que empezaría tan pronto como me necesitaran.

Recuerdo ese momento ahora con amor y compasión por mi joven ser—y con mucho enojo también. Tan sólo dos semanas después de haber comenzado a trabajar me enteré que mi supervisorx directx ganaba casi tres veces lo que yo, y que nuestros consultores ganaban más en un mes de lo que yo ganaba en todo un año.

Permítanme ser clarx: No creo que tengamos que negociar. Podría usar todo el espacio de este artículo para hablar de la criminalidad del capitalismo y la falta de estructuras claras de compensación como herramienta de la supremacía blanca, pero no lo haré. Lo cierto es que hasta que tengamos rangos de salarios (¡un saludo a las pocas organizaciones de salud, derechos y justicia reproductivos que sí manejan un rango de salarios!), listados de salarios tipo sindicatos, y supervisores chidxs que ofrezcan el salario más alto posible, tendremos que seguir negociando. Todxs merecemos un salario que nos alcance para vivir.

Me enfrenté a este trabajo—y a mis propias negociaciones—como mujer queer cisgénero. Para las personas de color, específicamente las mujeres Negras y la gente no-binaria, lo que está en juego es mucho mayor. Muchas personas Negras en mi vida han expresado su miedo al resentimiento racial y a las reacciones negativas a la hora de negociar, cosa por la que sus contrapartes blancxs no tienen que preocuparse. Esta realidad puede ser aún más apabullante para quienes no tienen ciudadanía estadounidense o para quienes dependen de una visa de trabajo que sus empleadores proporcionan. Puede crear una dinámica de poder que haga parecer imposible la negociación.

Todo mi aprendizaje y los consejos que doy abajo vienen de mi propia experiencia y el apoyo que he brindado a otrxs para navegar la desafortunada y nociva farsa que es la negociación. Mi esperanza es que ustedes encuentren útil estas guías para sus propias negociaciones, y que juntxs podamos alterar el sistema heteropatriarcal capitalista que hace que esta práctica sea necesaria en primer lugar.

Nunca acepten una oferta inicial durante la primera llamada telefónica

Cuando me hacen una primera oferta, mi adrenalina se dispara. Me pongo nerviosa, emocionada, y me disocio un poco. Ciertamente no es un buen momento para negociar. Es muy común—y razonable—pedirle al mánager de contratación unos días para considerar la oferta antes de dar una respuesta. Esto te da el espacio para escoger una cifra para la negociación que te parezca bien y también te da oportunidad para practicar la conversación previamente con algunx amigx. Puedes, y deberías, pedirle al mánager de contratación que te envíe el paquete completo de compensación, incluyendo una carta donde se explicite el salario, las vacaciones, y las prestaciones, antes de aceptar un puesto.

Siempre pide el sueldo más alto del rango

Si hay una escala de salario, eso significa que el mánager de contratación ha presupuestado el salario más alto dentro de ese rango. Cuando un empleo incluye los rangos, usualmente viene con la advertencia de que la oferta es ‘proporcional a la experiencia’. Esto usualmente quiere decir un título universitario—licenciatura o maestría—y puede ser una barrera clasista para el ascenso salarial. Mi opinión: si te ofrecen el empleo, entonces tienes la suficiente experiencia para el rol. Por lo tanto, pide el salario más alto del rango. Por muchas razones que están fuera de tu control, quizá no te lo den, pero al menos puedes estar orgullosx de haberlo pedido.

Recuerda, al negociar, que no estás pidiendo dinero directo del bolsillo de la persona que te está contratando. Si estás negociando una compensación dentro de una organización, esos 5,000 ó 10,000 USD adicionales que estás negociando generalmente los proveen donadores o becas importantes, y significará mucho más para ti que para la organización.

Decidirse por una cifra

Si no hay un rango salarial, decidirse por una cifra puede ser complicado y dependerá totalmente del contexto. Investiga todo lo que puedas. Habla con colegas en la organización para calcular el salario que el supervisor del puesto recibe, checa las ofertas de empleo de organizaciones similares, y consulta a tu mentorx—si tienes unx. 

Mi estimado general es pedir entre 2,000—5,000 más de lo que esperas sea tu oferta final. Por lo que si te ofrecen 62,000 y quieres recibir algo más cercano a 68,000, yo pediría 70,000. ¿Funcionará siempre esta estrategia? Por supuesto que no, pero es el método que, para mí, ha sido efectivo en diferentes tipos de organizaciones. 

Te contrataron. No te preocupes por lo que piensen de ti cuando pidas más dinero.

Recientemente lideré un webinar gratuito sobre los pasos básicos de la negociación, y unx participante me preguntó sobre el resentimiento al que las mujeres y las personas no binarias de color puedan enfrentarse cuando pidan más dinero. Le dije que, por mucho que sepamos que eso no debe ocurrir, es algo que ciertamente puede pasar. Pero si en un espacio laboral van a molestarse contigo por pedir un mayor salario como parte del paquete de compensación, entonces quizá no sea un espacio donde querrás permanecer por mucho tiempo. Esa organización es liderada por gente que tiene mucho trabajo interno por hacer si sienten algo que no sea por lo menos neutral con respecto a tu negociación. Si se molestan por tu intento de negociar, ciertamente encontrarán otra razón para enfrentarse contigo más tarde. Si necesitas este empleo, quizá puedas intentar sacar lo mejor de tener que trabajar en un lugar racista hasta que encuentres una organización más saludable en donde trabajar.

Nunca deben rescindir tu oferta laboral por negociar

Esto es muy claro. Si un empleador no puede o no quiere darte la cifra que propusiste, debe comunicártelo o hacerte una contrapropuesta. Han invertido mucha energía y mucho tiempo para encontrar unx gran candidatx, y lo último que deben querer es volver a empezar el proceso. Si un potencial empleador rescinde la oferta debido a que negociaste, posiblemente no sea un lugar en donde quieras trabajar. Sólo he escuchado un caso en donde esto supuestamente ocurrió, la Feminist Majority Foundation (que también ha tenido fuertes políticas anti-sindicales y es conocida por sus prácticas administrativas racistas).

Puedes negociar más que simplemente el dinero

A veces, las organizaciones no pueden ofrecer más dinero del que ofrecieron. Como todxs sabemos, los recursos no se distribuyen justamente en el complejo industrial de las organizaciones sin fines de lucro, especialmente dentro del movimiento por la salud, derechos y justicia reproductiva. Si un empleador no puede aumentar tu salario, hay otras cosas que podrías negociar como parte de tu paquete de compensación, como oportunidades de desarrollo profesional, o un estipendio para mudanzas. Además, puedes negociar una evaluación tras 6 meses que incluya un aumento en la compensación. No importa cuáles prestaciones adicionales obtengas, es crucial que todo esto esté por escrito.

Si hay una cosa que quiero que recuerdes de este artículo, es que ya tienes todo lo que necesitas para justificar tu negociación (después de todo, te quieren contratar). Frecuentemente, las personas de color deberían ser mejor compensadas económicamente que sus contrapartes blancxs, pues el trabajo emocional que les pedirán que hagan las instituciones lideradas por personas blancas nunca es compensado o cuantificado en la descripción de una oferta laboral. Ve y toma tu dinero.

Hay muchos recursos increíbles y algunos individuos allá afuera que te pueden ayudar a navegar el tumultuoso terreno que es una oferta laboral. Checa los webinars gratuitos de Career Contessa acerca de las negociaciones. También impartí un webinar gratuito sobre el tema, y puedes acceder a esa información aquí. Hay muchxs coaches de negociación que pueden ayudarte también; una búsqueda rápida en google arrojará nombres de personas que trabajan con escalas proporcionales de cobro.


Carly Manes (ella) es una doula de espectro completo, organizadora comunitaria, y coach de negociaciones. Ha entrenado a decenas de individuos de diferentes industrias para que logren propugnar de manera exitosa por paquetes de compensación más equitativos. Está escribiendo el primer libro ilustrado para niños sobre el aborto en los Estados Unidos, el cual se imprimirá en Abril del 2021.

Carly Manes

Carly Manes (she/her) is a practicing full-spectrum doula, community organizer, and negotiations coach. She has coached dozens of individuals across industries to successfully advocate for more equitable compensation packages. She is authoring the first-ever Children's picture book about abortion care in the United States, which is set to print in April 2021.

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