Fight Like Hell: Una entrevista con la periodista independiente, organizadora laboral Kim Kelly 

Kim Kelly

Kim Kelly

Twitter & Instagram & Email

Una de tus organizaciones sin fines de lucro favoritas: Yellowhammer Fund

Estamos en medio de un momento de movimiento increíble: lxs trabajadores se están organizando por sus derechos, se están uniendo a los sindicatos y están luchando con furia para asegurarse de que todxs tengamos protecciones en nuestro espacio laboral. Lxs trabajadorxs siempre han hecho la labor de cambiar para bien los espacios de trabajo para todxs nosotrxs, y de manera ingeniosa. ¿El problema? Muchas de sus historias, en particular las de lxs trabajadorxs de color, queer, discapacitadxs, lxs migrantes y las mujeres, han sido pasadas por alto o ignoradas en la historia. Un nuevo libro, Fight Like Hell: The Untold History of American Labor, de Kim Kelly, trata de hacer visible ese trabajo para una nueva generación de trabajadores, con la esperanza de que sigamos luchando con furia por su legado y por nuestros propios derechos.

Aquí está nuestra entrevista con la periodista independiente, organizadora laboral, columnista de Teen Vogue y autora Kim Kelly:

ReproJobs: Circula la idea de que la organización laboral es un movimiento para los hombres blancos de la clase obrera que trabajan en la industria o en otros campos de trabajo manual, pero eso no es para nada cierto. Su libro Fight Like Hell: The Untold History of American Labor, devuelve a lxs visionarios y organizadores laborales negrxs, indígenas, de color, queer, discapacitadxs y mujeres el lugar que les corresponde en la historia. ¿Puedes contarnos qué te llevó a escribir este libro y a poner esta historia en primer plano, especialmente ahora?

Kim Kelly: Estamos viviendo un momento verdaderamente histórico, y no podría estar más emocionada por ello. Me senté a escribir este libro a principios del 2020, cuando la pandemia apenas empezaba a hacer agujeros en nuestro ya frágil tejido social; a lo largo de ese año, volé de ida y vuelta a Alabama más veces de las que puedo contar para cubrir una campaña sindical en Bessemer y una huelga de mineros de carbón en Brookwood. Lxs trabajadorxs empezaron a dejar sus trabajos insatisfactorios de manera masiva, presionadxs por la pandemia y conscientes del limitado mercado laboral. Striketober llegó, con su bienvenida avalancha de cobertura mediática; el Sindicato de Trabajadores de Amazon anotó su primera victoria contra un gigante, y una ola de organización sindical a nivel nacional de los Starbucks fue una chispa que prendió fuego. El hecho de que el libro se publique ahora, después de todos estos increíbles acontecimientos, parece un gran golpe de suerte. Mi objetivo general para este libro era escribir algo que educara y sirviera como inspiración para que otrxs trabajadores profundizaran en nuestra historia compartida, a verse a sí mismxs en estos siglos de lucha, y a sentirse capacitadxs para involucrarse en el movimiento; espero que la gente lea FIGHT LIKE HELL en el autobús, o en el tren, o después de un arduo día de trabajo, y encuentre algo en sus páginas que les dé el empuje que necesitan para hacer suya esta lucha.

ReproJobs: Mientras leíamos tu libro, nos llamó la atención cuántos recuentos históricos que nos han narrado tenían el elemento laboral borrado de sus orígenes. En particular, el caso Buck contra Bell -un famoso caso del Tribunal Supremo que permitía la esterilización forzada de personas discapacitadas- comenzó como una agresión sexual en el lugar de trabajo. ¿Puedes hablarnos de por qué tantos asuntos comienzan como cuestiones laborales? 

Kim Kelly: Cada historia es una historia laboral, y cada movimiento de cambio social, político y económico en este país se ha entrecruzado con el movimiento laboral de alguna manera. La razón es simple: casi todo el mundo tiene un trabajo, ha tenido un trabajo, o tendrá un trabajo en algún momento de su vida; esa experiencia es casi universal, y eso significa que probablemente casi todo el mundo ha experimentado condiciones inseguras de trabajo, o salarios bajos, o acoso y discriminación, o un jefe de mierda, tanto si hablamos de 1722 como del 2022. Y es que esas conexiones no siempre se hacen explícitas cuando leemos sobre ellas ahora, así que eso es algo que intenté hacer con este libro: mostrar el tejido conectivo entre estos movimientos que a menudo se representan como luchas individuales, en lugar de como diferentes facetas de la misma lucha de la clase obrera. 

ReproJobs: Ya has reportado sobre la organización laboral y los espacios laborales tóxicos dentro del movimiento por la salud, los derechos y la justicia reproductiva. ¿Qué desafíos laborales y tácticas sindicales similares has observado en los lugares de trabajo repro que también existan en espacios laborales de otros ámbitos?

Kim Kelly: Las tácticas son muy similares en todos los ámbitos, porque quienes buscan destruir sindicatos siguen el mismo viejo manual que se ha usado desde que existen los sindicatos en este país: desinformación, intimidación, represalias y, muy a menudo (al menos en un sentido histórico), violencia directa para aplastar los esfuerzos de lxs trabajadorxs para organizarse y construir el poder colectivo. Durante la Guerra de las Minas en Virginia Occidental, los mineros de carbón que intentaban sindicalizarse tuvieron que luchar literalmente por sus vidas contra los matones a sueldo contratados por los jefes. Ahora hemos visto a lxs trabajadorxs de Planned Parenthood de Texas y Colorado enfrentarse a la misma propaganda del "divide y vencerás", a los falsos mensajes y a las estrategias legales antisindicales que Amazon utilizó para amenazar a sus trabajadores de los almacenes de Alabama y que el director general de Starbucks, Howard Schultz, anima a sus equipos directivos a utilizar contra lxs baristas sindicalizados. Esto solamente subraya la importancia de que lxs trabajadores de cualquier ámbito se organicen: si los sindicatos no fueran una forma eficaz de aumentar los salarios y mejorar las condiciones de trabajo, los empresarios dedicarían mucho menos tiempo (y dinero) a intentar acabar con ellos.

ReproJobs: En el libro, describes muchos momentos históricos en los que la antinegritud, el racismo y el capacitismo en los espacios laborales llevaron a lxs trabajadores al hartazgo y a organizarse en sindicatos. Estamos viendo cómo más y más trabajadores se inclinan por los sindicatos durante los levantamientos de Black Lives Matter y la falta de protección durante el COVID. ¿Por qué crees que todo esto está relacionado?

Kim Kelly: Ha habido mucha rabia totalmente justificada contra un sistema que explota viciosamente y devalúa a lxs más marginadxs, y en los últimos años muchxs trabajadores han empezado a reevaluar su relación con el trabajo y a replantearse el valor de su trabajo, y de sus vidas. Cuando la pandemia del virus Covid-19 golpeó por primera vez, hubo un breve momento de reconocimiento para todos esxs "trabajadorxs esenciales" cuyo trabajo siempre ha sido esencial, pero pronto se acabaron las indemnizaciones por riesgo y se retiraron los carteles de agradecimiento, pero la gente seguía muriendo, y esxs trabajadores seguían teniendo que ir a trabajar. Las comunidades negras y morenas se han visto afectadas por la pandemia dos veces más que sus homólogas blancas, y ya eran mucho más vulnerables gracias a lo que el Economic Policy Institute denominó ‘las condiciones preexistentes de racismo y desigualdad económica’. Algo tenía que ceder, y los sindicatos han sido, durante mucho tiempo, una de las mejores herramientas que tienen lxs trabajadorxs para mejorar sus condiciones materiales, especialmente aquellxs que de otro modo no pueden confiar en la igualdad de protección bajo la ley, desde las Lavanderas de Jackson en 1866 hasta los organizadores laborales de la era de los Derechos Civiles como Bayard Rustin y Rosina Tucker, pasando por el líder del sindicato de trabajadores de Amazon, Chris Smalls, que recientemente fue arrestado por llevarle el almuerzo a sus ex compañerxs de trabajo poco antes de que el sindicato ganara su histórica elección en Staten Island.

ReproJobs: En el libro, destaca la frecuencia con la que se recurre a llamar a la policía para reducir a lxs trabajadorxs y romper las huelgas laborales, a pesar de estar ellxs mismxs en sindicatos. ¿A qué se debe esto y qué esfuerzos existen para afrontarse a las formas en que la policía perjudica la organización laboral?

Kim Kelly: La policía sólo ha existido para proteger la propiedad privada y los intereses del capital, por lo que en el gran estira y afloja que desde hace tiempo se da entre el trabajo y el capital, la policía nunca ha estado de nuestro lado. Mientras que los policías pueden disfrutar de los beneficios de sus propios "sindicatos" hinchados y malévolos, han abrazado su papel histórico como rompehuelgas, rompesindicatos y matones con armas de fuego, desde la Batalla de Blair Mountain hasta el asesinato del organizador de United Farm Workers Nagi Daifullah en 1973, pasando por el sheriff que asesinó a Andrés Guardado, el hijo de un miembro de UNITE HERE, en 2021, y los policías que han mirado hacia otro lado mientras los matones de las compañías de carbón atacan a los mineros en huelga en los piquetes en Alabama. Ha habido llamamientos de lxs trabajadorxs de base y de los organizadores dentro del movimiento obrero para echar a los policías y desafiliarse de sus "sindicatos", pero ha sido una batalla cuesta arriba debido a una serie de factores, y sin duda seguirá siendo un argumento espinoso y complejo dentro del trabajo (al menos hasta que los abolamos por completo).

ReproJobs: En un capítulo, destacas el ingenio de lxs trabajadorxs sexuales que organizan huelgas y sindicatos, particularmente cuando experimentan una legislación dirigida y racismo y colorismo dentro de su trabajo de por sí ya estigmatizado. Suena muy familiar para lxs trabajadorxs del aborto. Pero el movimiento feminista (y el movimiento obrero) no siempre han acogido a lxs trabajadoras sexuales. ¿Ves potencial para la solidaridad entre los movimientos, particularmente ahora, cuando todo nuestro trabajo está siendo criminalizado y estigmatizado?

Kim Kelly: Para mí era muy importante incluir en el libro un capítulo específico sobre la labor organizativa de lxs trabajadorxs sexuales (y entrevistar únicamente a trabajadorxs sexuales activxs y otrxs que hayan dejado la actividad para dicho capítulo) porque como trabajadorxs, como organizadorxs, como líderes y como activistas, siempre han sido una parte importante del movimiento obrero. Desgraciadamente, estxs trabajadorxs han quedado demasiado a menudo fuera de la conversación por completo debido a la ignorancia, el estigma y la putofobia que persisten dentro del establishment laboral organizado y dentro de la sociedad en general, y eso es una mierda. Cualquiera que diga que está con lxs trabajadorxs y que se preocupa por sus derechos tiene que demostrarlo y solidarizarse con orgullo con lxs trabajadores sexuales (¡y con los trabajadores del aborto!). Las organizaciones dirigidas por trabajadorxs sexuales, como Strippers United, Adult Performance Artists Guild, The Black Sex Worker Collective, Red Canary Song, Haymarket Pole Collective y muchas otras, están haciendo un trabajo increíble y muy necesario para proteger y levantar a lxs trabajadorxs marginadxs y criminalizadxs -algunos son sindicatos tradicionales, mientras que otros operan como organizaciones sin fines de lucro, organizaciones comunitarias u otros tipos de proyectos radicales- y se basan en una larga historia de organización laboral militante, creativa y radical que ha cambiado y sigue cambiando el mundo para bien.

ReproJobs: Hemos comprobado que a lxs trabajadores del mundo repro les cuesta verse como parte del movimiento obrero, y viceversa, el movimiento obrero es ignorante y no aceptan a lxs trabajadors del aborto. ¿Qué cambios crees que deben producirse para poder avanzar como un solo sindicato?

Kim Kelly: Afortunadamente, el movimiento sindical no es un monolito, y creo que hay una nueva generación más progresista de activistas y líderes sindicales con los que se puede y se debe contar para que defiendan a lxs trabajadorxs reproductivxs; el problema radica en las voces más conservadoras que también forman parte del movimiento, especialmente las que ocupan puestos de poder. Me sorprende que alguien que disfruta de los beneficios de un sindicato y dice que se preocupa por el poder y la solidaridad de lxs trabajadores pueda darse la vuelta y excluir a ciertos tipos de trabajadores sin una buena razón, pero eso no es nada nuevo: siempre ha habido reaccionarios en el movimiento, y hay muchos capítulos vergonzosos en la historia del trabajo organizado en este país, y tanto los poderosos como algunos miembros de base han hecho precisamente eso. La forma en que hemos avanzado en el pasado ha sido trayendo sangre nueva, y elevando nuevas voces y líderes que han luchado activamente contra el racismo, la xenofobia y otros tipos de discriminación en el movimiento, y eso es lo que se va a necesitar para seguir avanzando aquí también. 

ReproJobs: ¿Qué les aconsejas a lxs trabajadorxs del mundo repro que están considerando sindicalizar su lugar de trabajo o aprender más sobre la organización laboral?

Kim Kelly: Habla con tus colegas. Ése es siempre el primer paso: identificar los problemas en tu espacio laboral y abrir un diálogo con las personas con las que trabajas para ver cómo se sienten, qué desafíos o problemas pueden estar afrontando en el trabajo y qué creen que debe cambiar. Si resulta que todxs o una gran mayoría de ustedes están de acuerdo, puede que sea el momento de acudir con unx organizadorx sindical o a un centro de trabajadores para sopesar las opciones y decidir qué pasos quieren dar. Hay un montón de recursos estupendos como Labor Notes, el Emergency Workplace Organizing Committee y los cursos de formación para organizadores de la IWW si están interesadxs en aprender más sobre el proceso y las distintas estrategias (y siempre recomiendo leer más sobre la historia del trabajo; hay un montón de títulos increíbles incluidos en la bibliografía de FIGHT LIKE HELL). Un sindicato es simplemente un grupo de trabajadores que se unen para defenderse a sí mismxs y a los demás en el lugar de trabajo, y todo comienza con una conversación.

Previous
Previous

Una meditación por el movimiento

Next
Next

Pregúntale a unx organizadorx sindical: ¿Cómo presentamos los planes de sindicalización a lxs recién contratadxs?